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Un estudio concluye que el cribado en cáncer de ovario no salva vidas

Un ensayo que ha involucrado a más de 200.000 mujeres en Reino Unido concluye que no se puede recomendar el cribado en la población general para el cáncer de ovario debido a que no salva vidas. Estos decepcionantes resultados, publicados en The Lancet, subrayan que existe la imperiosa necesidad de disponer de una estrategia de detección que pueda detectar el cáncer de ovario en mujeres asintomáticas. El ensayo, llevado a cabo por investigadores del University College London (Reino Unido) sobre más 200.000 mujeres durante más de 20 años, evaluó la capacidad de cribado de análisis de sangre anuales para identificar precozmente los casos de cáncer de ovario. El cáncer de ovario es complicado de diagnosticar porque los síntomas se confunden fácilmente con problemas de salud menos graves. En España, se diagnostican unos 3.300 casos anuales de cáncer de ovario, lo que representa el 5,1 por ciento de los cánceres entre las mujeres, por detrás de los de mama, colorrectal y de útero. Este tipo de cáncer es más frecuente en las mujeres postmenopáusicas, con la máxima incidencia entre los 50 y 75 años. El cáncer de ovario es una enfermedad muy grave. Es la principal causa de muerte por tumores malignos ginecológicos en el mundo occidental. Varios factores influyen en la alta mortalidad de esta neoplasia, pero el más determinante es que la mayoría de pacientes (70-80%) se diagnostican en estadios avanzados de la enfermedad debido a la dificultad en el diagnóstico precoz. Las pacientes suelen presentar síntomas inespecíficos, entre ellos, el dolor abdominal, que se pueden confundir con otras patologías y esto genera un retraso en el diagnóstico. Es necesario concienciar a los profesionales y a la población de esta situación, ya que no disponemos de programas de cribaje o detección precoz eficaces. Y dos de cada tres pacientes mueren dentro de la década del diagnóstico. "A algunas mujeres se les diagnostica tan tarde que están demasiado enfermas para comenzar el tratamiento", dijo la investigadora principal del ensayo, la profesora Usha Menon. Este prometedor trabajo, el más grande realizado hasta ahora en el mundo, rastreó los niveles de CA125, una sustancia química liberada por los tumores de ovario, en la sangre. A aquellos casos en los que dicho marcador estaba elevado se les hacía un seguimiento mayor mediante técnicas de imagen. Es necesario concienciar a los profesionales y a la población de esta situación, ya que no disponemos de programas de cribaje o detección precoz eficaces. Aunque el estudio sí obtuvo resultados positivos –se detectaron un 39% más de casos de cáncer en etapa uno o dos y un 10% menos de casos en etapa tres o cuatro-, los resultados finales mostraron que la prueba de detección no había salvado vidas. Los expertos concluyen que el cribado no afectó a la reducción de la mortalidad observada, por ejemplo, en el Estudio aleatorizado europeo de detección del cáncer de próstata; sin embargo, señalan que la mayoría de las mujeres detectadas por cribado fue diagnosticada y tratada hace más de una década, antes de que se produjeran algunos avances en el manejo clínico (uso generalizado de la cirugía ultrarradical, modulación del tratamiento más temprano basada en mejores indicadores de pronóstico y terapias dirigidas), que podrían haber mejorado los resultados. A pesar de estos decepcionantes resultados, los investigadores creen que es posible avanzar en la detección precoz de este tumor y ahora están trabajando con otras sustancias químicas en la sangre, fragmentos de ADN liberados por tumores y exosomas: esferas de grasa microscópicas rompen las células cancerosas. Pero tendrían que pasar por los mismos ensayos a largo plazo y a gran escala. Siendo realistas, señalan, esto significa que tenemos que aceptar que la detección de cáncer de ovario en la población está a más de una década de distancia.

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