La ruta gastro definitiva de Milán
Cada año miles de viajeros recalan en Milán, cuna mundial del estilo, la moda y el diseño. Pero la capital de Lombardía ofrece también un listado interminable de paradas gastronómicas imprescindibles que hoy os desvelamos. Entre sus especialidades tienes que probar los risottos a la milanesa, el ossobuco o los deliciosos raviolis rellenos de calabaza. La región es origen de quesos tan famosos como el mascarpone o el grana padano, de dulces como el panettone o licores como el amaretto. ¿Cómo exprimir al máximo las posibilidades gastro de Milán en una estancia corta? Comenzamos.
Comer y cenar con mucho estilo
El icono. No has conocido el Milán más cool si no te has dejado caer por las mesas de Armani Nobu (ubicado en el interior del complejo Emporio Armani, en Manzini 31) frecuentado por las celebrities internacionales. Su carta combina la cocina italiana con lo mejor de la japonesa y la presentación de los platos es exquisita. Pero hay que tener claro que aquí a lo que se viene es a ver y ser visto...
Con buenas vistas. Ubicado en los pisos sexto y séptimo de la nueva torre de la Fundación Prada, el restaurante Torre es otra visita obligada. Con una decoración impactante (alberga numerosas obras de arte) y unos ventanales con magníficas vistas sobre la ciudad, su carta ofrece cocina, vinos y postres italianos. En este espacio lo vas a querer fotografiar todo.
Sabores italianos. Dentro del patio del hotel Mandarín Oriental se encuentra un restaurante muy aconsejable y reconocido: Seta. Las creaciones de inspiración italiana (con base tradicional y técnicas de vanguardia) del chef Antonio Guida merecen una visita. Fabulosos los spaghetti marinera, la anguila y los vitellos.
En el epicentro. Si buscas un oasis en el corazón de la ciudad, elige Cracco´s situado en el interior de la Galería de Vittorio Emanuele. Un restaurante encantador, de estilo vintage, que ofrece en su carta desde las propuestas más clásicas como un risotto al azafrán hasta otras más sofisticadas como ostras y caviar. Destaca su buena selección de vinos. También cuenta con un precioso café en el que degustar brioches recién horneados, pralinés o chocolates artesanales.
Para experimentar. El chef uruguayo Matías Perdomo está al mando de Contraste, un restaurante blanco y luminoso de techos altísimos que se ha convertido en uno de los establecimientos de alta cocina más demandados de Milán. Repleto de detalles y con un servicio exquisito, su cocina juega con las texturas, los sabores, los colores… Lo mejor es dejarse llevar y disfrutar de una experiencia culinaria inesperada regada por sorprendentes vinos.
El aperitivo de la tarde es una tradición típica milanesa: vinos y licores con tapas y embutidos
Cena a bordo. Si quieres una experiencia diferente, reserva en los vagones del tranvía ATMosfera1 y ATMosfera2, reconvertidos en restaurantes para pocos comensales, pero sobre ruedas. Desde su salida en el Castillo de los Sforza degustarás un menú mientras realizas un recorrido de casi dos horas por las calles milanesas. Aviso para sibaritas gourmet: aquí lo destacable es el paseo, no tanto la cocina.
Alta cocina vegetariana. El restaurante del chef Pietro Leemann, Joia, es una parada imperdible si eres un amante de las buenas verduras y frutas. Ubicado en la zona de Porta Venezia, no solo la materia prima es excelente, sino que las elaboraciones, las combinaciones y hasta la estética de los platos son más que notables. También elaboran menús para veganos. Pero ojo, pese a trabajar solo vegetales, no se trata de un restaurante barato.
Aperitivo di Milano. Es una tradición típica a la que vas a sucumbir. Los milaneses se reúnen al final de la tarde para tomar unas bebidas acompañadas con diferentes tapas y embutidos. A partir de las seis de la tarde en multitud de restaurantes y bares se pone en marcha este aperitivo. Pagas la cerveza, licor o copa de vino y disfrutas de canapés, quesos, jamón, porciones de pizza e incluso un pequeño bufet. ¿Dónde degustarlo? En casi todos los rincones. Os aconsejamos dos establecimientos frecuentados por italianos:
Égalité. Buenos quesos franceses, selección de panes artesanales, sardinas, tapenade de aceitunas, encurtidos y una selección de carnes frías. Todo ello acompañado de prosecco, cócteles y champán.
Lacerba. Puedes elegir entre el bar para el aperitivo acompañado de un cóctel (pide el típico spritz elaborado con prosecco, Aperol, agua y una rodajita de naranja) y un buen vino, o cenar en su restaurante. Se encuentra al lado, se llama igual y destaca por sus buenas carnes y pescados.
¿Dónde alojarse y tomar un buen café?
Si buscáis refugios urbanos con estilo y sois amantes del más sorprendente diseño de vanguardia, os tenéis que alojar en Magna Pars (Small Luxury Hotels of the World). Si sois fetichistas y lo que queréis es tocar el Duomo o la Galería casi con la punta de los dedos desde la ventana de vuestra habitación, elegid el establecimiento boutique Sina The Gray a tan solo cien metros de la catedral de Milán y perteneciente a la misma cadena: pedid las suites con gimnasio privado. Si buscáis alojamientos de estilo clásico, El Grand Hotel y el Príncipe de Savoia son perfectos. Los fanáticos de la moda pernoctad en el Bulgari Hotel Milano.
La cuna del panettone y el amaretto. Si eres apasionado de este dulce típico navideño haz una parada en la pastelería artesanal Massimo. Presumen de elaborar el más rico de Milán. Imposible marcharte sin probar el licor amaretto o traerte en la maleta el turrón de Cremona.
Las terrazas con vistas. La del bar Aperol es una de las más frecuentadas (suele haber cola para entrar). El Aperol es una bebida italiana similar al Campari, aunque algo más suave. Otra imperdible es la Rinascente Azotea Bar con unas privilegiadas vistas de la catedral. Una recomendación: subid a Duomo 21. Las panorámicas son igualmente espectaculares, pero suele estar menos concurrida porque su acceso se realiza a través de un pequeño portal. Además, también tiene un bar interior precioso.
Tomar café. Es un ritual del que no te debes privar en esta ciudad, donde saben hacer expresos y capuchinos casi como en ningún otro sitio. Hay terrazas y cafés coquetos, elegantes y con mucho encanto en todas las calles y plazas, pero te recomendamos:
Los históricos como el Caffe Verdi, la pasticceria Bastianello (precioso), Marchesi o la terraza del bar Bianco.
Los que están repletos de gente guapa como el Armani Caffe.
El imprescindible de Milán, el Trussardi, en la planta baja del palacio del mismo nombre.
El que se ha convertido en toda una institución desde 1817, el Cova (perteneciente al grupo LVMH).
Un café literario, Walden, refugio de literatos y que además ofrece buenos capuchinos, cócteles e incluso cocina vegetal y creativa por si te apetece un tentempié.
Pizzas y copas
Milán cuenta con algunas de las mejores pizzerías de todo el país. Seleccionamos tres:
Da Zero. Destaca por sus pizzas originales de masa casera elaboradas al horno de la manera tradicional y con el mejor tomate, aceite y mozzarella. En Da Zero pide la pizza de buffala, la margarita, la de provola con flores de calabacín y de postre un cannolo, el dulce típico de Sicilia. Reserva con antelación porque siempre lleno.
Dry. Son muy conocidos por ofrecer una fórmula divertida: pizza de alta calidad y cócteles. En Dry no te pierdas las pizzas del chef, como la de mortadela y la de espinaca con ricota.
Lievito Madre al Duomo. Los establecimientos de Gino Sorbillo (varios a lo largo de Italia) ofrecen auténtica pizza napolitana. En este caso, en pleno centro de Milán. Ofrecen una especialidad imperdible: la pizza frita.
Las copas. Acude a Gattopardo, situado una antigua iglesia abandonada que ha sido reconvertida en un local de lo más cool. En pleno centro, cerca del Duomo, disfruta de los butacones y el estilo rococó de Le Banque. Y, sobre todo, no te marches sin fotografiar y brindar con los coloridos cócteles de diseño (también se puede cenar y tomar el aperitivo) de Just Cavalli Café.
Fuente http://bit.ly/2R6JL4B
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