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Desvelan por qué algunos niños pueden convertirse en 'malos comedores' después de pasar el Covid-19

¿Su hijo come peor después de pasar el Covid-19? Podría tratarse de parosmia, una alteración del olfato por la que el paciente percibe como desagradable o repugnante un olor normal. De este modo, el olor de un limón puede percibirse como si fuera el de un repollo podrido o el chocolate puede oler a gasolina. Y a los niños, en particular, les puede resultar difícil comer alimentos que alguna vez les encantaron, según alertan expertos en olfato de la Universidad de East Anglia (UEA) y Fifth Sense, la organización benéfica para personas afectadas por trastornos del olfato y el gusto. Fifth Sense y el profesor Carl Philpott, destacado experto en olores, de la Escuela de Medicina de Norwich de la UEA han lanzando una guía para ayudar a los padres y profesionales de la salud a reconocer mejor el trastorno. «Se cree que la parosmia es el resultado de tener menos receptores de olor en funcionamiento, lo que lleva a que solo se puedan captar algunos de los componentes de una mezcla de olores. Es un poco como Eric Morecambe le dijo a Andre Previn: "son todas las notas correctas pero no necesariamente en el orden correcto"», explica el profesor Carl Philpott. Se sabe que la parosmia afecta a algunos adultos tras pasar el Covid, pero ahora que la incidencia de contagios es más alta en los menores, se están viendo también más casos de esta alteración del olfato en niños, según alertan los autores de la guía. «En muchos casos, la afección hace que los niños dejen de comer y a muchos les puede resultar difícil comer. Es algo que hasta ahora no ha sido realmente reconocido por los profesionales médicos, quienes simplemente piensan que los niños tienen dificultades para comer sin darse cuenta del problema subyacente», relata el profesor Philpott, que está viendo pacientes adolescentes con parosmia por primera vez en su carrera. «Si los niños sufren distorsiones del olfato, y la comida huele y sabe asquerosa, les será muy difícil comer los alimentos que alguna vez les encantaron. Estamos muy interesados en compartir más información sobre este tema con la profesión médica para que sean conscientes de que aquí hay un problema más amplio», apunta el presidente y fundador de Fifth Sense, Duncan Boak. Para recuperar el sentido del olfato, los investigadores recomiendan que tanto los niños como los adultos consideren el «entrenamiento del olfato». «Implica oler al menos cuatro olores diferentes, por ejemplo, eucalipto, limón, rosa, canela, chocolate, café o lavanda, dos veces al día todos los días durante varios meses. Los niños deben usar olores con los que estén familiarizados y que no sean desencadenantes de parosmia. En los niños más pequeños, esto podría no ser útil, pero en los adolescentes podría ser algo que puedan tolerar», señala el profesor Philpott.

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