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Desde países lejanos: quinoa sin atamalar con gambas

Tanto los granos americanos como los asiáticos y algunos de los africanos tienen la ventaja de que no contienen las formas de gluten que afectan a los intolerantes a las proteínas del trigo y otros cereales, que conocemos como celiacos. Sus proteínas características, sin embargo, son de gran calidad nutritiva, por lo que se han ido integrando en nuestra alimentación.

En esta receta de Rosa Tovar en Guía Repsol, con orígenes en culturas lejanas, "he aplicado los cambios que me han parecido convenientes y he introducido las técnicas o ingredientes que para mí son más habituales. Son más sencillos de hacer para los europeos y sus ingredientes más fáciles de encontrar", aclara ella misma.

Ingredientes½ diente de ajo (picado)16-24 gambas (según tamaño)1 ají colorado o amarillo (pequeño o la mitad de uno grande)1 cebolla (picada)200 g de tomate cherry kumato (partidos al medio)250 g de quinoa2 puñados de cacahuetes (pelados crudos)4-5 cucharadas de aceite de olivaAguaOréganoPimientaSalElaboración

Comenzar por comprobar que la quinoa está lavada remojándola en agua. Escurrirla en un colador y poner un cazo con ¾ de agua salada a cocer para la quinoa. Dejar que escurra lo que tarda en hervir el agua. Pelar las gambas y guardar cabezas y cascarones para otro plato o caldo de marisco. Calentar el aceite en una sartén o un wok amplios. Freír los cacahuetes sobre fuego mediano hasta que se doren muy poco, retirar, reservar a un lado, y echar en la sartén o el wok la cebolla, el ají elegido y el ajo, para que se sofrían despacio, a fuego no demasiado fuerte.

Foto: Diego de Luis.Foto: Diego de Luis.Foto: Diego de Luis.

Cuando las verduras estén a punto de dorarse, echar en lluvia sobre el agua ya hirviente con sal la quinoa escurrida y revolver con una espátula de palo; vigilar el tiempo de cocción indicado más abajo. Añadir al sofrito el tomate, subir el fuego, salpimentar y espolvorear con un poco de orégano.

Truco final

En cuanto los tomates estén un poco sofritos pero aún no hayan perdido la forma, añadir las colas de las gambas, para que se sofrían lo justo, no demasiado, probar de sazón y corregir si hace falta. El salteado no deberá tener mucho líquido, solo estar húmedo, jugoso. Cuando la quinua lleve cociendo unos 12 minutos, colarla de inmediato, sin espera, para retirar el exceso de líquido y extenderla en una fuente grande, para que pierda parte del calor y no quede atamalada.

Ya templada revolverla en la sartén con el sofrito, pasar a los platos o la fuente y esparcir por encima los cacahuetes o manís. Servir de inmediato.

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