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Farmacéuticos en La Palma: Un paso por delante

La cruz de la farmacia nunca se apaga. Este es el lema que desde que comenzó la pandemia de Covid allá por marzo de 2020 llevan por bandera los farmacéuticos españoles. Estuvieron al pie del cañón en lo peor del confinamiento y tampoco ahora un volcán ha conseguido apagar la luz de las boticas de La Palma, donde muchos vecinos no solo han seguido encontrando sus medicinas sino también ayuda y consuelo ante la pérdida de sus hogares. Este año, el premio ABC Salud al mejor proyecto o iniciativa en Farmacia es para el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife por su respuesta ante la emergencia social que provocó el volcán. Cuando el pasado 19 de septiembre, domingo, comenzó la erupción, Manuel Ángel Galván, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, llamó inmediatamente a sus compañeros de la junta de gobierno, entre ellos el vocal del colegio en La Palma, Marcelo Rodríguez, para actuar rápido. «Nos pusimos en contacto con las farmacias con dos objetivos claros: los pacientes no se podían quedar sin medicamentos y había que garantizar la seguridad de los trabajadores de las oficinas de farmacia», explica Galván. El lunes, tropezaron con una dura realidad: se había evacuado a gente de sus casas sin tiempo ni para recoger medicamentos ni documentación. «La gente salió con lo puesto», rememora el presidente de los farmacéuticos. Muchos vecinos se encontraron el lunes sin los fármacos que necesitaban, sin la tarjeta sanitaria para poder adquirirlos y en shock por haber tenido que abandonar sus hogares. «En muchos casos no recordaban cuál era su medicación. Hay gente mayor que sabe que su pastilla es la azul, blanca o amarilla pero no el nombre. Y alguno ni se acordaba de su número de DNI. Incluso hubo un caso de un señor que apareció con la camisa blanca llena de ceniza negra al que le costaba decir hasta su nombre», asegura Galván. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife se puso en contacto con el Servicio Canario de Salud para que desde la oficinas de farmacia, solo con el nombre y el número de DNI, pudieran identificar la tarjeta sanitaria del usuario y el tratamiento para poder dispensarlo. El siguiente problema que se encontraron es que no se puede volver a dispensar un medicamento recetado antes de que el paciente lo haya terminado. Pero en algunos casos los tratamientos se habían quedado a medias en casas bajo la lava. «Esa primera semana, muchos compañeros adelantaron la medicación a los pacientes porque no podían dejarles sin ella», explica Galván. Este problema se ha ido solventando a medida que los usuarios han ido obteniendo un duplicado de su tarjeta sanitaria. Los farmacéuticos consiguieron así amortiguar el primer impacto. Recaudación de donativos Desde el Colegio quisieron ir más allá. Pidieron a todos los compañeros de España (22.100 farmacias) que colocaran en sus locales carteles con información sobre cómo donar directamente a las instituciones que trabajan para paliar la emergencia social. «En La Palma no necesitaban ropa ni alimentos sino dinero para comprar en los comercios de allí y que la actividad económica no se viniera abajo», señala Galván. La isla cuenta con 31 farmacias y el volcán ha respetado a la gran mayoría. Actualmente hay tres cerradas. Dos de ellas han quedado destruidas y ya no podrán ubicarse en el mismo lugar. La tercera está evacuada porque ya no están en pie las carreteras de acceso. Algunos de los trabajadores de las farmacias son también víctimas que han perdido sus casas. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Tenerife se ha llevado a cabo otra iniciativa para recaudar donativos dentro del propio sector, a través de los colegios de farmacéuticos de Canarias y de otros puntos de España, que van destinados al personal que trabaje en oficinas de farmacia o en los servicios de farmacia de hospitales de La Palma, y que se hayan visto afectados. Gracias a esta iniciativa han recaudado dinero suficiente para poder dar respuesta a los casos más graves en los que se había perdido la vivienda habitual. «No podemos comprar una casa, para eso están la administraciones, pero sí ayudar ante el primer impacto facilitando el alquiler de otra casa hasta que lleguen las ayudas», señala el presidente de los farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife. Los trabajadores de las oficinas de farmacia de La Palma también tuvieron que ejercer en un primer momento de psicólogos improvisados. Hasta allí llegaban clientes habituales con los ojos llenos de lágrimas por la situación. Y los propios farmacéuticos acababan llorando ante la presión emocional. Desde el Colegio de Farmacéuticos se pusieron en contacto con el Colegio de Psicólogos y llegaron a un acuerdo: facilitar los teléfonos de los psicólogos en la farmacia para que todo aquel que lo necesitara pudiera ponerse en contacto con uno de estos profesionales.

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via abc.es

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