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Encuentran un nuevo ‘talón de Aquiles’ en el VIH

Una nueva investigación sobre la estructura del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha revelado una nueva y prometedora diana farmacológica para tratar la infección por el VIH, que afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Los hallazgos, publicados hoy en «Science», muestran que las células infectadas por el virus pueden leer el código genético del virus de dos maneras diferentes. El resultado es que las células infectadas producen dos formas diferentes de ARN del virus. «Esta diversidad funcional es esencial para que el virus se replique en el cuerpo. El virus debe tener un equilibrio adecuado entre las dos formas de ARN», explica Joshua Brown, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Maryland (EE.UU.). «Durante décadas, la comunidad científica ha sabido que existen dos formas estructurales diferentes de ARN del VIH: simplemente no sabían qué controla ese equilibrio. Hemos descubierto que un solo nucleótido produce un efecto enorme, lo que supone un cambio de paradigma a la hora de entender cómo funciona el VIH». Si se pudiera encontrar un medicamento que se dirija al código genético en ese punto específico y cambiarlo a una sola forma, teóricamente se podría prevenir una mayor infección Y apunta: «si se pudiera encontrar un medicamento que se dirija al código genético en ese punto específico y cambiarlo a una sola forma, teóricamente se podría prevenir una mayor infección», señala Brown. «Una de las cosas en las que estamos trabajando ahora es probar diferentes moléculas que podrían cambiar el equilibrio entre las dos formas, de modo que potencialmente podrían usarse como tratamiento para el VIH», indica Issac Chaudry. Gracias a la investigación desarrollada en el campo del VIH en las últimas décadas, hoy la infección es una enfermedad manejable. Aun así, las terapias tienen efectos secundarios, los regímenes de medicamentos son, en ocasiones, complejos y las opciones de tratamiento pueden ser limitadas para pacientes con otras enfermedades, como problemas hepáticos o renales. Muchas terapias, incluso las formulaciones en una única pastilla, contienen varios medicamentos dirigidos a diferentes partes del ciclo de replicación del virus. Eso es necesario porque el código genético del VIH, que está hecho de ARN, muta rápidamente. Esto permite que el virus se adapte y se vuelva resistente a las terapias actuales contra el VIH. Si un medicamento se dirige a un área que ha mutado en un paciente determinado, es posible que el medicamento ya no funcione. Al usar varios fármacos a la vez, es más probable que el régimen continúe funcionando por más tiempo. Pero el área del genoma del ARN del VIH en la que se centra esta nueva investigación está «altamente conservada». Es decir, significa que la tasa de mutación es menor que en otros lugares del genoma, explica Ghazal Becker, autora del artículo. El resultado es que «hay más posibilidades de que un medicamento dirigido a esa región sea efectivo durante más tiempo». Si se dirige a una región conservada, podríamos usar solo un fármaco asi habría efectos secundarios y más opciones de tratamiento a personas con diferentes afecciones de salud También podría significar que un único medicamento sería suficiente. «Si se dirige a una región conservada, podríamos usar solo un fármaco», asegura la investigadora Aishwarya Iyer. Así, añade «habría efectos secundarios y más opciones de tratamiento a personas con diferentes afecciones de salud». Esos resultados podrían tener un gran impacto. «Cada vez que encontramos un nuevo medicamento contra el VIH, mejoramos exponencialmente las posibilidades de que las personas encuentren un medicamento que funcione para ellos, con menos opciones de resistencia», afirma Hannah Carter, co-autora del artículo. La investigación también podría tener efectos fuera del VIH. «Algunas investigaciones sobre el VIH han sentado las bases para entender los coronavirus -añade Carter-. Toda la ciencia básica en VIH termina teniendo un efecto dominó en toda la virología». El efecto dominó podría ir aun más lejos. «La idea de que una única diferencia de nucleótidos está cambiando la estructura y la función del ARN que tiene miles de nucleótidos de largo podría abrir un aspecto completamente nuevo de la biología celular -asegura Chaudry-. Podría ser posible que haya genes de mamíferos que operan de manera similar, y todo el mecanismo podría ser algo aplicable también a otros genes humanos. Creo que todo el paradigma podría proporcionar una nueva perspectiva para la biología del ARN».

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