«En los nobel importan los méritos científicos, no debe haber sesgos de género»
Sir Gregory Paul Winter es un reputado biólogo molecular conocido por su trabajo en ingeniería de proteínas y pionero en conseguir producir un anticuerpo monoclonal 100% humano. Esta aplicación ha permitido crear fármacos que pueden combatir enfermedades inflamatorias autoinmunes y algunos tipos de cáncer metastásicos. Fue galardonado con el Premio Nobel de Química 2018 junto con George Smith y Frances Arnold «por tomar el control de la evolución y utilizarlo en beneficio de la humanidad» Su laboratorio ha desarrollado la capacidad de sintetizar anticuerpos humanos, que son las herramientas del tratamiento inmunoterápico, una aportación que ha permitido cambiar los paradigmas del tratamiento de enfermedades como las cardiovasculares, las reumatológicas autoinmunes, las neurodegenerativas y las neoplásicas. Winter ha concedido una entrevista a ABC con motivo de su participación en Madrid en la XXXVIII Lección Memorial de la Fundación Fernández-Cruz en la que pronunció la conferencia « Lecciones Aprendidas de la Evolución, una hoja de ruta para la producción de nuevos medicamentos». — Su trabajo, que utiliza la visualización de fagos para diseñar anticuerpos que se convirtieron en medicamentos, es un ejemplo perfecto de cómo funcionaría la investigación traslacional, desde lo básico hasta lo clínico, ¿no cree? Así es. La investigación traslacional es fundamental para avanzar. Un Brexit sin acuerdo podría ser muy perjudicial para la Ciencia Británica —Al principio, se hablaba de anticuerpos humanizados y luego sobre anticuerpos humanos, ¿cuál es la diferencia? Los anticuerpos humanizados son anticuerpos humanos, pero con pequeños segmentos tomados de anticuerpos de ratón. Los anticuerpos humanos no contienen segmentos de ratón. — El propósito del sistema inmune es protegernos frente a muchos virus y bacterias diferentes. Para hacerlo, sintetiza una amplia gama de anticuerpos diferentes de los que selecciona y desarrolla los necesarios para contrarrestar el virus o la bacteria invasora. ¿Qué tipo de enfermedades se beneficiarán más de su trabajo de investigación? Desde luego que la enfermedad que más se está beneficiando de nuestra investigación son las patologías inflamatorias autoinmunes como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la psoriasis y los cánceres como el cáncer de mama y el melanoma. Pero en ciencia y en biomedicina las posibilidades son muchas. —Muchas personas creen que los medicamentos que se han desarrollado a partir de su investigación son demasiado caros. ¿Cree que este es su verdadero valor o que hay un sobrecoste añadido? Este es un tema que genera muchos comentarios. En mi opinión, el precio de un medicamento contra el cáncer, por ejemplo, se refleja en los costes asociados de su tratamiento, directos (medicación, pruebas diagnósticas...) e indirectos (gastos hospitalarios, bajas laborales, etc.). En este sentido, estoy bastante seguro de que los precios de los medicamentos basados en los anticuerpos irán cayendo, y han caído, con la aparición de los biosimilares en el mercado. «Los precios de los medicamentos basados en antucuerpos irán cayendo» —¿Cuál es el siguiente paso, la próxima barrera que quiere superar? Estamos tratando de hacer nuevos medicamentos basados en péptidos sintéticos que sean casi 100 veces más pequeños que los anticuerpos. Estos nuevos fármacos pueden tener algunas ventajas sobre los anticuerpos, incluida una mejor penetración en los tejidos y menores costes de fabricación. —Ganó el Nobel de Química 2018 y lo compartió con una mujer: Frances H. Arnold, algo inusual en estos premios. ¿Cree que se debería recomendar tomar medidas activas para equilibrar la situación? En mi opinión, creo que es una buena práctica que los comités de selección revisen sus procesos para garantizar que las candidatas no sean pasadas por alto, ni durante el proceso de nominación ni en el de la revisión. Sin embargo, la selección final tiene que ser puramente por méritos científicos, no debe haber sesgos de género. —Usted es científico, pero también inventor, emprendedor y gerente. ¿De dónde le viene la energía para hacerlo todo? Lamentablemente tenía mucha más energía cuando era joven. Hasta donde puedo recordar, solía trabajar muy duro, centrarme en la tarea en cuestión, delegar lo que podía, tomar decisiones rápidamente y no mirar atrás. —¿Cómo un Brexit sin acuerdo puede afectar a la ciencia británica? La ciencia británica se ha beneficiado de la financiación de la Unión Europea, de la libre circulación de científicos de la Unión Europea al Reino Unido y del acceso a las principales instalaciones compartidas. Un Brexit sin acuerdo podría ser muy perjudicial para la ciencia británica. Sin embargo, gran parte del daño que causaría un Brexit sin acuerdo podría evitarse si el gobierno del Reino Unido compensara la pérdida de fondos, permitiera la libre circulación de investigadores altamente cualificados y negociara el acceso para que se pueda acceder a las principales instalaciones de investigación.
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