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Conviértete en un “realfooder”

“Ser un “realfooder” es disfrutar de los alimentos saludables y cuidar de nosotros mismos”, asegura el dietista-nutricionista Carlos Ríos. Creador del movimiento Realfooding, que defiende una alimentación basada en “comida real” y alejada de los productos ultraprocesados.

“La comida real son los alimentos mínimamente procesados, el ingrediente del alimento es el propio alimento, mientras que los ultraprocesados son mezclas de varios ingredientes, más de cinco, y entre ellos destacan los azúcares añadidos, las harinas y aceites vegetales refinados, los aditivos y la sal, nada saludables”, explica el especialista Carlos Ríos, quien defiende consumir productos naturales con un procesamiento mínimo y alejarnos de los ultraprocesados que inundan los estantes de los supermercados y que provocan un daño a largo plazo a la salud: enfermedades como obesidad, diabetes tipo II, algunos cánceres o lesiones cardiovasculares.

“Los ultraprocesados actúan a años vista. Vemos que estas enfermedades crónicas que antes aparecían a partir de los 60 o 70 años de edad ahora las padecen personas con 30 o 40 años o en niños que sufren obesidad”, advierte.

Por esa razón ha escrito “Come comida real”, una guía para transformar nuestra alimentación y por tanto nuestra salud practicando el Realfooding, que no solo es un estilo de vida, sino un movimiento que defiende la alimentación saludable “frente al lado oscuro”de la industria alimentaria.

Carlos Ríos asegura que “ser “realfooder” es ser consciente de que hay productos saludables y otros no y de forma inconsciente elegir comida real y evitar los ultraprocesados”.

También ser “realfooder” es dejar de hacer dietas de moda, centradas solo en la pérdida de peso, y disfrutar de estos alimentos saludables. “No enfermar y disfrutar de la comida se puede conseguir teniendo conciencia en la alimentación”, apunta el experto.

Estos son los tres principios del movimiento Realfooding que Carlos Ríos recoge en su libro:
1. Basa tu alimentación en alimentos mínimamente procesados, priorizando los de origen vegetal. Los que llevan un solo ingrediente en la etiqueta o los que no llevan etiqueta.
2. Complementa tu alimentación con alimentos “buenos procesados”, sin que sustituyan a los mínimamente procesados. El buen procesado suele estar envasado y lleva una etiqueta nutricional de a uno a cinco ingredientes.
3. Evita los ultraprocesados, productos con más de cinco ingredientes en la etiqueta entre ellos azúcares, harinas, aceites vegetales refinados, aditivos y sal.

El Realfooding defiende un patrón de alimentación que no se basa necesariamente en seguir unas cantidades fijas de alimentos, nutrientes o calorías, pero sí hay que saber con qué frecuencia comer ciertos alimentos, dado su efecto protector o neutro en nuestro cuerpo.

Esta es la clasificación de alimentos que propone Carlos Ríos:
+ Alimentos protectores. Frecuencia alta y diaria por su carácter protector de la salud. Son las verduras, las hortalizas, las frutas, los frutos secos y las legumbres.
+ Alimentos neutros. Frecuencia de consumo media, repartida de forma semanal y que no desplacen a los alimentos protectores ya que entonces el patrón no sería saludable. Son los tubérculos, los cereales integrados, el pescado, la carne, los huevos y los lácteos.
+ Alimentos complementarios. Se utilizan como complemento, pero no como ingrediente principal. Son los aceites vírgenes, como el de oliva extra, y los condimentos como la hierbas aromáticas y las especias. También agua, café o infusiones y buenos procesados como el chocolate negro con un contenido en cacao del 85%.
+ Productos ultraprocesados. Frecuencia baja de consumo, mensual o anual. Son los envasados con más de cinco ingredientes en la etiqueta.

Ser “realfooder” no se aprende de la noche a la mañana. Muchas personas creen que comen sano pero siguen cometiendo algunos errores de forma inconsciente cuando llenan la cesta de la compra.

“Por ejemplo, las barritas de cereales o las galletas integrales que son una mezcla de azúcar, aceite, harina y sal que hacen un producto muy adictivo, bajo valor nutricional y alto en calorías, es uno de los errores que cometemos al considerar que se trata de productos saludables”, explica el nutricionista.

Y es que el desayuno acapara productos llenos de azúcar, como los cereales con fibra añadida, yogures azucarados o los zumos envasados.

También es un fallo llenar el carrito con productos precocinados, “que imitan comidas caseras pero que no lo son porque llevan ingredientes nada saludables y tampoco olvidemos los productos “light” o el embutido, carnes procesadas con bajo aporte nutricional y con aditivos como los nitritos”, resalta Carlos Ríos.

“Los alimentos que son saludables -asegura- no nos indican que lo son. Cuando en el supermercado vamos al pasillo de las legumbres o por el de las frutas y verduras no te destacan que son comidas saludables. Pero cada pasillo del supermercado puede tener su variedad de ultraprocesado esperando a ser vendido”.

Es prácticamente imposible cerrarle el paso a los ultraprocesados en las distintas circunstancia de la vida diaria. “Cuando sea la excepción y no la regla no hay problema”, concluye el dietista-nutricionista.



Fuente Estilos http://bit.ly/2WIPzlF
via Diario Libre

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