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Esta molécula avisa de un mayor riesgo de alzhéimer

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve (EE.UU.) han identificado una nueva diana en la enfermedad de Alzheimer (EA) que podría servir para diseñar terapias centradas en el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa en las primeras etapas de su progresión. El descubrimiento ayuda a reforzar un enfoque prometedor para la investigación de la enfermedad de Alzheimer: identificar y manipular procesos más precozmente en el desarrollo de la enfermedad con la esperanza de frenar su avance. «Esta es una parte del rompecabezas», investigadora principal del estudio, que se acaba de publicar en la revista Science Advances. «Hemos descubierto una vía para la detección y el tratamiento antes de que se produzca gran parte del daño de la enfermedad y mucho antes de que aparezcan los síntomas clínicos». Identificada por primera vez hace más de 100 años, el alzhéimer es un trastorno neurodegenerativo relacionado con la edad que se asocia con depósitos de placas de proteína beta amiloide y ovillos de proteína tau en el cerebro, junto con la muerte progresiva de las células nerviosas. Se desconoce su causa y sus mayores factores de riesgo son la edad, la genética y una lesión cerebral traumática previa. La nueva vía identificada ahora puede ser diana de posibles terapias que tengan como objetivo mitigar la degeneración de la materia blanca que afecta las funciones normales de los circuitos cerebrales. La nueva vía identificada ahora puede ser diana de posibles terapias que tengan como objetivo mitigar la degeneración de la materia blanca que afecta las funciones normales de los circuitos cerebrales. «Existe una creciente evidencia que asegura que la enfermedad se desarrolla mucho antes de lo que se pensaba, probablemente décadas antes de que se pueda diagnosticar clínicamente la afección», dijo el coautor del estudio Andrew A. Pieper. Los investigadores encontraron que la vía, conocida como Drp1-HK1-NLRP3, desempeña un papel clave en la interrupción del funcionamiento normal de las células cerebrales que producen la capa protectora de materia blanca para los nervios, conocida como mielina. La disfunción y la muerte eventual de estas células productoras de mielina, llamadas oligodendrocitos (OL), conducen a déficits cognitivos. Los nuevos hallazgos iluminan cómo los OL comienzan a fallar: la sobreexpresión de una determinada proteína (Drp1) dentro de la vía recientemente descubierta. Los investigadores han visto que se produce una degeneración casi total de los OL antes de que se hagan evidentes los síntomas comunes del alzhéimer en la mayoría de los pacientes. El laboratorio de Qi ha patentado una pequeña molécula, conocida como inhibidor de péptidos, que regula la expresión de Drp1, frenando la degeneración de las células cerebrales. El tratamiento, así, debería dirigirse a regular la expresión de Drp1, lo que ralentiza o reduce el daño a los OL productores de mielina. De hecho, el laboratorio de Qi ha patentado una pequeña molécula, conocida como inhibidor de péptidos, que regula la expresión de Drp1, frenando la degeneración de las células cerebrales. En su trabajo, han visto que la eliminación de la expresión de Drp1 en modelos de ratón corrigió el defecto relacionado con la energía en los OL asociado con la hiperexpresión de esa proteína; este enfoque también redujo la activación de los OL de inflamación, disminuyó el daño tisular en esos sitios del cerebro y mejoró el rendimiento cognitivo. La mayoría de los diagnósticos de alzhéimer se encuentran en pacientes mayores de 65, por lo que identificar la enfermedad en pacientes más jóvenes puede ser difícil. Muchos pacientes experimentan una pérdida significativa en la sustancia blanca de su cerebro, fundamental para la cognición, la emoción y la conciencia, antes de recibir un diagnóstico. «Identificar cómo se desarrolla la EA en sus primeros procesos ayudará a los científicos a comprender mejor cómo enfocar la investigación en posibles soluciones para los pacientes », afirma Pieper. «Los hallazgos del laboratorio Qi pueden ayudar a abordar la EA antes, lo que podría conducir a un mejor manejo de sus síntomas y progresión», añade.

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via abc.es

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