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Los médicos piden que las personas obesas reciban la vacuna del Covid-19 justo después que ancianos y sanitarios

La obesidad es una enfermedad que aumenta el riesgo de hospitalización, ingreso en UCI, necesidad de ventilación mecánica y mortalidad en pacientes con Covid-19 , comparados con aquellos que tienen un peso normal. Así lo han detallado especialistas de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) y de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) durante una rueda de prensa en la que han pedido que, tras los ancianos y los sanitarios, las personas con obesidad se consideren prioritarias en la estrategia de vacunación frente al coronavirus. «Con un Indice de Masa Corporal (IMC) por encima de 40, en menores de 50 años, se ve clarísimamente una relación muy importante entre la obesidad y una peor evolución del Covid-19. Estos pacientes presentan entre 3 y 15 veces más complicaciones comparados con población de su misma edad sin obesidad», explica el doctor Javier Escalada, presidente de la SEEN. También tienen una tasa de tromboembolismos entre dos y tres veces mayor que los pacientes sin exceso de peso y un riesgo más alto de fallo renal agudo durante la hospitalización. «Se ha demostrado claramente que la obesidad en sus grados más graves, 2 y 3, es factor de riesgo independiente para una peor evolución y mayor mortalidad por Covid», concluye el doctor Escalada. En concreto, las personas con exceso de peso tienen un 46% más riesgo de contagiarse de coronavirus, un 113% más riesgo de hospitalización por Covid-19, un 78% más riesgo de ingreso en UCI respecto a la población con normopeso, y el riesgo de mortalidad es un 48% superior. Un argumento que consideran lo suficientemente importante como para sugerir que «aquellas personas con un IMC por encima de 35 deberían ser priorizadas en la vacunación frente al Covid-19», ha señalado el doctor Albert Lecube, vicepresidente de Seedo y jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida). Este especialista también ha pedido que al mensaje de distancia social, mascarilla e higiene de manos para prevenir el Covid, se añada «la neceisdad de mantener un peso saludable». Los expertos han destacado que, globalmente, la obesidad grave incrementa el riesgo de mortalidad por Covid-10 casi en un 50%, pero donde más repercusión tiene es en los jóvenes. En los pacientes menores de 50 años, con un IMC por encima de 40 (grado 3 de obesidad) la mortalidad era del 8%, mientras que con un grado uno de obesidad (IMC entre 30 y 35) la mortalidad era del 3%, es decir, casi tres veces menos. Las personas con exceso de peso tienen un mayor riesgo de contagio, mayor cantidad de receptores del coronavirus y peor evolución clínica del Covid por varias razones: «En la obesidad hay un estado de inflamación constante, que se potencia más con el Covid», apunta la doctora Ana de Holanda, coordinadora del grupo de trabajo de obesidad de la Seen. En la misma línea, la experta ha señalado que la respuesta inmunitaria en personas con obesidad es deficiente y eso hace que no puedan defenderse correctamente contra las infecciones. Además, ha explicado que el tejido adiposo es reservorio de virus. También presentan más problemas mecánicos y respiratorios porque tienen menor espacio para que los pulmones se expandan. Y durante el tratamiento, es más complicado intubar y poner boca abajo a un paciente con obesidad. La obesidad también está detrás de la mayoría de los problemas metabólicos como diabetes, hipertensión y dislipemia, que a su vez son factores de riesgo de Covid grave. «La obesidad es una enfermedad no es una condición que pasa. El 22% de la población adulta española es obesa, y el 18% de la infanto-juvenil», advierte la doctora Susana Monereo, secretaria de la Seedo. Peor abordaje del sobrepeso Además, el confinamiento ha empeorado el abordaje del exceso de peso. El 98% de los profesionales que tratan pacientes con obesidad y que han sido encuestados por Seedo y Seen, opinan que la pandemia y el confinamiento han repercutido negativamente sobre la obesidad y sus complicaciones. La doctora Susana Monereo asegura que «solo un 2,4% de los profesionales sanitarios dedicados a la obesidad piensan que los han pacientes obesos han podido mantener el tratamiento que tenían prescrito (dieta, ejercicio y/o fármacos)». Además, solo el 12% de los profesionales encuestados reconocen que se han podido conservar los p rogramas de cirugía bariátrica en sus hospitales. Durante los dos primeros meses del confinamiento domiciliario, se confirmó que el 49,8% de los españoles había ganado peso, la mayoría (86,6%) entre 1 y 3 kilos. La combinación de mayor ingesta con menos práctica de actividad física ha pasado factura, pero «lo más grave es que el 40,3% de los encuestados que ganaron peso no tomaron ninguna medida para gestionar esta situación», apunta el doctor Diego Bellido, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, quien también destaca otro factor de riesgo en el aumento de peso: «Entre las personas que respondieron a la encuesta, ganaron más peso aquellos que vivían en el sur de España». «A pesar de ser un problema de salud creciente, que tiene un impacto muy negativo en la morbimortalidad y, aún mayor entre las personas afectadas por la Covid-19, está quedando relegada la atención a las personas con obesidad», afirma el doctor Lecube.

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