¿Puede al aire acondicionado extender el coronavirus?
Un nuevo estudio, publicado en «Emerging Infectious Diseases», la revista de los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., ha analizado un brote de coronavirus que afectó a tres grupos familiares en China que comieron en mesas contiguas en el mismo restaurante de Guangzhou. La investigación apunta a que el aire acondicionado pudo favorecer la transmisión de las gotas. Para evitarlo, los autores de este trabajo recomiendan aumentar la distancia entre las mesas y mejorar la ventilación. El brote, que se produjo entre el 26 de enero y el 10 de febrero de 2020, afectó a 10 personas de 3 familias. Una de las familias acababa de viajar desde Wuhan, provincia de Hubei, China. Una investigación detallada consiguió concluir que los diez casos de restaurnte estaban vinculados. El 23 de enero de 2020, la familia A viajó desde Wuhan y llegó a Guangzhou. El 24 de enero, el paciente índice o cero (paciente A1) almorzó con otros 3 miembros de la familia (A2 – A4) en el restaurante. Otras dos familias, B y C, se sentaron en las mesas vecinas en el mismo restaurante. Ese mismo día, pero más tarde, el paciente A1 experimentó fiebre y tos y fue al hospital. El 5 de febrero, otras 9 personas (4 miembros de la familia A, 3 miembros de la familia B y 2 miembros de la familia C) se habían enfermado con COVID-19. La única fuente conocida de exposición para los afectados en las familias B y C fue el paciente A1 con el que habían coincidido en el restaurante. Los investigadores determinaron que el virus se había transmitido a al menos un miembro de la familia B y a al menos 1 miembro de la familia C en el restaurante y que el resto de los contagios en las familias B y C eran el resultado de la transmisión dentro de la familia. El restaurante en el que presuntamente se produjo el contagio es un edificio de 5 pisos con aire acondicionado y sin ventanas. La distancia entre cada mesa es de aproximadamente 1 metro. Las familias A y B coincidieron en el lugar durante de 53 minutos y las familias A y C durante un período de 73 minutos. La salida de aire y la entrada de aire de retorno para el aire acondicionado central se ubicaron sobre mesa de la familia C. El 24 de enero, un total de 91 personas (83 clientes y 8 miembros del personal) estaban en el restaurante. De ellos, un total de 83 habían almorzado en 15 mesas en el tercer piso. Entre los 83 clientes, 10 se enfermaron con COVID-19; los otros 73 fueron identificados como contactos cercanos y permanecieron en cuarentena 14 días. Durante ese período, no se desarrollaron síntomas, y las muestras de frotis de garganta de los contactos y 6 muestras de frotis del aparato de aire acondicionado (3 de la salida de aire y 3 de la entrada de aire) fueron negativas para el coronavirus. De acuerdo con estos resultados, los investigadores concluyen que la causa más probable de este brote fue la transmisión de gotas. Aunque el paciente cero (paciente A1) estaba asintomático durante el almuerzo, se ha informado de transmisión presintomática. Teniendo en cuenta los periodos de incubación de los miembros de la familia B, el escenario más probable es que los tres miembros de la familia B se infectaran directamente por el paciente A1. Sin embargo, tampoco excluyen que los pacientes B2 y B3 se infectaran por el paciente B1, el primer miembro de la familia B que se enfermó. Para la familia C, una posible explicación es que tanto los pacientes C1 como C2 fueran contagiados por el paciente A1; aunque otro escenario es que el paciente C1 adquiriese la infección mientras cuidaba al paciente C2, a partir del 27 de enero. Las gotas respiratorias más grandes (> 5 μm) permanecen en el aire solo por un corto tiempo y viajan solo distancias cortas, generalmente menos de un metro. Las distancias entre el paciente A1 y las personas en otras mesas, especialmente las de la mesa C, fueron todas de más de 1 metro. Sin embargo, una fuerte corriente de aire acondicionado podría haber propagado gotitas entre las mesas. Las gotas pequeñas en aerosol cargadas de virus (<5 μm) pueden permanecer en el aire y viajar largas distancias, más de 1 metro. Sin embargo, ninguno de los empleados u otros comensales en el restaurante estaban infectados. Además, las muestras de frotis del aparato de aire acondicionado fueron todas negativas. La hipótesis que barajan es que los aerosoles tenderían a seguir el flujo de aire, y las concentraciones más bajas de aerosoles a grandes distancias podrían haber sido insuficientes para causar contagio en otras partes del restaurante. Aunque los investigadores reconocen que su estudio tiene algunas limitaciones, concluyen que, en este brote, la transmisión de gotitas fue provocada por la ventilación con aire acondicionado. Y, en base a su estudio, el factor clave para la infección fue la dirección del flujo de aire. «Es de destacar que el paciente B3 estaba sin fiebre y el 1% de los pacientes en este brote eran asintomáticos, lo que proporciona una fuente potencial de brotes entre el público», advierten. Por lo que, para evitar la propagación de COVID-19 en restaurantes, recomiendan «fortalecer la vigilancia de monitoreo de temperatura, aumentar la distancia entre las mesas y mejorar la ventilación».
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via abc.es
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