Come el mejor pescado en los dos restaurantes de moda en Madrid
Madrid cuenta con dos nuevos espacios gastronómicos muy especiales. El chiringuito sin playa de Dani García y uno de los restaurantes más personales de Grupo Oter. Coinciden en dos puntos clave: absoluto protagonismo de los productos marinos y varios ambientes bien diseñados. ¿Quieres conocerlos?
Lobito de Mar
El flamante proyecto capitalino del galardonado con tres estrellas Michelin Dani García (Jorge Juan, 10) tiene llenos a diario. Su propuesta se centra en productos de la cocina tradicional andaluza, pescados, mariscos o sus populares arroces. Las elaboraciones -sencillas y sin complicaciones- recuerdan a los merenderos y chiringuitos de la Costa del Sol, a los sabores clásicos de verano, aunque a precios acordes al barrio de Salamanca. Y la fórmula funciona.
Lobito de Mar Madrid ofrece dos propuestas gastronómicas diferenciadas, en dos ambientes distintos y hasta con dos puertas de acceso. El espacio es espectacular, con una decoración elegante y guiños marineros estratégicamente situados. Uno de los mejores rincones es su vitrina, repleta de cigalas, percebes, almejas, conchas finas y bolos, ostras, erizos, gamba blanca y roja... La zona de barra está ideada para el tapeo y el picoteo más informal. Si se sabe pedir, satisface a todos los gustos y bolsillos.
Qué probar en la zona de barra. Lo bueno es que cuentan con la opción de medias raciones en muchos de sus bocados estrella. Así que se puede elegir un poquito de todo. Imprescindibles los espetos, los buñuelos, la lasaña de buey de mar con tomate, el pescaíto frito, cualquiera de los brioches como el serranito de ventresca de atún -una de las señas de identidad del chef-, la ensaladilla rusa de anguila ahumada y las croquetas de gambas (buenísimas).
La carta de sala
Las elaboraciones se centran en productos de las playas mediterráneas, con especial atención al atún. La patata aliñada con tartar de atún es una de las opciones imperdibles, tanto como el carpaccio de chuletón de atún o el trío de atún: tartar de ventresca, descargamento y hueva hembra. La gallineta frita es uno de los platos estrella: solo la presentación en mesa ya es un espectáculo. Y en esta casa saben cómo freírla. Los arroces se diferencian por el tipo de cocción: cocinados en ramas de sarmiento, secos y melosos. Llama la atención el arroz ahumado al sarmiento de chuleta, aunque tratándose de Lobito de Mar, los que aconsejamos son el de marisco y pescado, y el meloso de bogavante. Un consejo: en el salón principal también es recomendable pedir platos para compartir como ensaladilla rusa con gambas, croquetas, Lobito en adobo, cigalitas al ajillo, berberechos o unos mejillones escabechados con salsa de níscalos que están deliciosos.
Las novedades
La incorporación de pescados reposados, al estilo de la maduración de las carnes. Están inspirados en las técnicas desarrolladas por el australiano Josh Niland. Se maduran los pescados hasta un mes y así se consiguen sabores y texturas que mejoran la pieza. Peces de gran tamaño como mero, corvina o pargo son ideales para reposar. También han introducido -con el asesoramiento del chef del mar, Ángel León- embutidos marinos de sobrasada, mortadela, pastrami o chorizos.
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Los vinos. Conviene mirar bien los precios porque algunas copas suben de los 16 euros. La carta se compone de más de trescientas referencias que abarcan blancos y tintos, tanto nacionales como internacionales. No faltan los champanes de pequeños productores y grandes maisons, además de borgoñas con añadas jóvenes y envejecidas. Atención a la interesante selección de vinos de Jerez. También disponen de cócteles de autor.
En definitiva, ¿merece la pena conocer Lobito de Mar? Sí. Es un establecimiento ideal para quedar con amigos y compartir lo mejor de su carta en una de las calles más animadas de Madrid. La oferta es extensa y la calidad del producto, buena. El servicio es atento y tratan de agradar, aunque a veces los llenos o los dobles turnos les juegan una mala pasada. El precio medio por comensal oscila entre 20-40 euros en la barra y entre 40-70 en la sala.
Pez Fuego
Mar y brasas. Esos son los ejes sobre los que gira uno de los proyectos más personales del reconocido Grupo Oter. Los pescados y mariscos frescos comprados directamente en lonja son el eje de la carta, con escuderos de primera como los buenos arroces y algunas opciones de carne. En este restaurante se cuida mucho la materia prima de calidad (que llega desde Isla Cristina, Burela, Denia, Palamós o Jávea) y las elaboraciones se centran en explotar las virtudes del producto sin enmascararlo. La carta de Pez Fuego (Orense, 68) se compone de una selección de platos que protagonizan los pescados y mariscos cocinados con diferentes técnicas: a la parrilla, al horno, a la plancha e incluso en fritura.
Los frescos
Entre las opciones más destacadas se encuentran los mariscos de lonja como la gamba roja de Jávea (muy buenas) y el bogavante azul. Destacables también las ostras o el ceviche de lubina y carabinero en jugo de lima. Original el tartar de salmón rojo de Alaska con apio, pepino y Gin Hendricks. También cumplen las verduras de temporada, como las alcachofas, los excelentes tomates de Carabaña o un foie de pato casero con confitura de higos.
Las estrellas de la carta
A esta casa hay que venir a disfrutar con los pescados de anzuelo preparados a la parrilla, como el lenguado braseado con su piel, los chipirones a la brasa, los lomos de merluza, el rape de tripa de negra y, sobre todo, un estupendo rodaballo estilo Guetaria. Otras opciones a tener en cuenta son los arroces como el de carabinero del Sur o el arroz con bogavante. Los carnívoros pueden decantarse por buenas carnes a las brasas, como el tomahawk a la parrilla, el villagodio o el lomo bajo.
¿Qué llama la atención de Pez Fuego? Además del buen producto, el espacio es sorprendente. Han ideado una decoración cuidada al detalle que no deja a nadie indiferente. Más moderno y actual que otros restaurantes del grupo. El restaurante se encuentra dividido en distintos ambientes: una gran barra desde la que se ve la parrilla, el lounge, la sala que cuenta con diferentes ambientes, una terraza adaptada a invierno y verano… Algunos rincones de Pez Fuego son ideales para tomar tranquilamente un cóctel o una copa después de cenar. Nota alta también para un servicio que sabe servir con profesionalidad, sin molestar. El precio medio por comensal es de unos 20-25 euros en la barra y a partir de 50 euros a la carta.
Fuente https://ift.tt/2RSi5AW
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