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Upcycling, más que reciclaje

Tan inagotable como la imaginación y las ganas de divertirse. Decorar el hogar con materiales o piezas recicladas a las que se les da una segunda oportunidad hará de nuestra casa un lugar lleno de personalidad. El “upcycling” está de moda.

Reciclar es bueno para el medioambiente pero no tiene por qué ser una actividad pasiva en la que nos limitemos a poner los residuos en sus respectivos cubos. La decoración de nuestro hogar es un terreno inagotable para reciclar con estilo, basta con usar la imaginación y dejarse ayudar por los genios del “upcycling”, la nueva tendencia.

El “upcycling” es una manera incluso más ecológica que reciclar y, sobre todo, más imaginativa, pues se buscan nuevos usos a los objetos, como mejor alternativa que echarlos a la basura o al reciclaje tradicional, según describen sus seguidores en la página web upcycling.com.

Se trata de crear nuevos objetos a partir de cosas ya inservibles, dándoles un nuevo valor, es decir, reutilizar antes que reciclar. Efe-Reportajes/Carmen Rodríguez

Las botellas de plástico y pet son un elemento indispensable en nuestra vida diaria, pero también una amenaza creciente, junto a las bolsas y otros residuos de ese material, cuya acumulación ha llegado a crear lo que se conoce como el “trash vortex”, una “sopa de plástico” en el océano Pacífico, con una extensión del tamaño del estado de Texas.

Sin embargo, es sorprendente lo versátiles que pueden ser estos recipientes si caen en las manos adecuadas.

Uno de sus usos más creativos es aprovechar sus formas redondeadas para convertirlas en llamativas lámparas, ya sean de pie o de techo, aunque también pueden transformarse en mantelitos, cestas o papeleras. Si cortamos el plástico en tiras y las entrelazamos, el resultado será un material muy resistente e impermeable.

A gran escala sirven como material de construcción para levantar muros de separación entre ambientes, ya sean transparentes o de llamativos colores (tantos como las botellas), que crean caprichosos efectos con la luz natural, los mismos que darán a la estancia una cortina hecha con antiguas diapositivas unidas entre sí con anillas.

Son fáciles de encontrar en nuestros trasteros. Viejas maletas que ya no usamos por demasiado gastadas o porque, acostumbrados a las ruedas, ya pocos estamos dispuestos a llevarlas a pulso.

La página “green upgrader” propone usar una de sus mitades para hacer una cómoda cesta para nuestros amigos de cuatro patas.

Basta con buscar una maleta de pequeño tamaño y un bonito color en la que poner un mullido cojín.

Esta misma idea, pero acoplando unas patas a la base, convierte una humilde y olvidada maleta es un cómodo sillón, una banqueta e, incluso, en una útil mesa baja.

Un truco: si la maleta está demasiado ajada se le puede dar una buena mano de pintura, asa y cierres incluidos, el resultado es elegante y espectacular.

Algunas ideas para crear nuestros propios muebles son muy sencillas, otras requieren un poco más de pericia, un buen kit de bricolaje y ser un “manitas” con el martillo o la sierra. Pero los resultados valen la pena.

En los lugares de montaña donde toda la familia disfruta de la nieve, el momento de cambiar de talla los esquís de los más pequeños proporciona un buen material para crear un silla de jardín en la que, con una sencilla estructura de madera, las tablas, convenientemente cortadas, se convierten en respaldo, asiento y reposabrazos. Ese mismo principio puede aplicarse para transformar en sillas y sillones los monopatines que ya nadie usa.

Las posibilidades son, aunque suene a tópico, infinitas y uno de los elementos más versátiles son los palets, que se transforman en mesas, escabeles, peldaños de escaleras o estanterías, solo por citar algunas ideas simples.

Una capa de pintura en colores alegres o un barniz para mantener su aspecto rústico basta para que estas estructuras de madera encajen a la perfección en cualquier rincón de la casa o el jardín.

No todas la personas tiene la destreza manual suficiente o el tiempo para embarcarse en un trabajo de “upciclyng”, sin embargo es posible adquirir algunos de estos elementos e incluso hacerlo con conciencia solidaria.

El proyecto “Pet Lamp”, puesto en marcha por el diseñador industrial Alvaro Catalán, ofrece lámparas hechas con botellas de pet que se convierten en bellos objetos gracias a la tradición textil de los artesanos del departamento colombiano de Cauca.

Catalán explica en su página web como las botellas, cortadas en tiras, salvo en la parte del cuello, sirven para que los artesanos las usen como superficie sobre la que tejer.

“El principio del telar se reinterpreta, donde la superficie de la botella se convierte en la urdimbre sobre la que el artesano teje la trama con fibras tintadas con pigmentos naturales o tejidos de lana y algodón, para crear productos únicos”.



Fuente Estilos http://bit.ly/2XswIN5
via Diario Libre

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