El dilema de los embriones abandonados
Decenas de miles de embriones enfrentan un futuro incierto en clínicas de fertilidad, sobrantes que quedaron tras intentos de embarazo y sueños de paternidad que no se hicieron realidad.
Algunos son abandonados por personas que dejan de pagar por su almacenamiento y que no pueden ser encontradas. En otros casos, las parejas no terminan de tomar decisiones difíciles.
Jenny Sammis no se decide a donar casi una docena de embriones que le quedaron. Ella y su marido se comprometieron a hacerlo cuando dejaron listos los embriones hace 15 años, pero cambiaron de parecer tras tener dos hijos.
“Tengo estos dos chicos maravillosos, inteligentes, que surgieron de este proceso”, dijo Sammis. “Los embriones son como semillas que pueden llegar a ser personas. Esa era una realidad abstracta para mí cuando estaban en la congeladora”.
Fallas en los tanques de dos clínicas de Ohio y California el año pasado sacaron a la luz los problemas relacionados con embriones congelados hace tiempo, incluso desde la década de 1980, cuando empezaron los tratamientos de fertilización in vitro. Hace pocos años, grupos de médicos desarrollaron formularios en los que se especifica qué se puede hacer con los embriones que no son usados. Pero eso no resuelve los casos de los embriones que preceden esos documentos.
“Es un gran dilema para estas clínicas”, comentó Rich Vaugh, abogado de Los Ángeles que dirigió por muchos años la comisión de reproducción asistida del Colegio de Abogados. “No sabemos qué hacer con ellos y todo el mundo tiene miedo de hacer algo”, porque piensan que pueden ser demandados a pesar de que pasaron tantos años.
No está claro cuántos embriones hay almacenados. Las clínicas no tienen que informar eso. Un estudio calculó que hay 1,4 millones en Estados Unidos. Investigadores estiman que del 5% al 7% son abandonados, aunque en algunas clínicas esa cifra gira en torno al 18%. Se considera que un embrión ha sido abandonado cuando pasa un año sin que se tenga noticias de los dueños o sin que se hagan los pagos por el almacenamiento. Algunas clínicas esperan cinco años.
También es un dilema para las parejas, muchas de las cuales nunca pensaron que iban a tener embriones sobrantes. A Sara Raber, de Long Island, Nueva York, le quedaron cinco embriones después de concebir dos hijos.
“Tu objetivo inicial es simplemente quedar embarazada” y suena lógico tener varios embriones porque no sabes cuántos intentos vas a hacer, añadió. Pero disponer de los sobrantes representa un momento a menudo traumático para una familia. “Estás tomando conscientemente la decisión de no tener más hijos”, manifestó su esposo, Howard Raber. “Eso es lo que hace que sea tan duro”.
A menudo la gente decide donar los embriones. “Pero cuando llega el momento de firmar los papeles, no puedes hacerlo”, dijo Sammis. Contó luego que una amiga que no podía decidir qué hacer con sus embriones se mudó “y no le dio la nueva dirección a la clínica de fertilidad. Esa fue su forma de lidiar con el tema”.
Cuando una pareja abandona embriones, “generalmente es porque no querían tomar una decisión difícil y dejan que el programa lo haga por ellos”, expresó Sauer.
El doctor Craig Sweet, quien dirige una clínica de fertilidad en Fort Myers, Florida, dice que el 18% de los embriones congelados que tiene (unos 300) están abandonados, algunos desde hace 25 años. Un estudio que hizo indicó que las parejas más proclives a desentenderse de ellos son las que los dejaron hace mucho tiempo, tienen un bajo nivel educativo, ya han tenido varios hijos o le debían dinero a la clínica.
Los tribunales consideran los embriones algo entre persona y propiedad, según Susan Crocking, experta en leyes reproductivas de la Universidad de Georgetown. Cuando está en el laboratorio, no en el útero, “las parejas tienen los mismos derechos” y la mayoría de los tribunales no permitirá que uno de los integrantes de la pareja los use en contra de los deseos del otro, agregó.
La actriz Sofía Vergara y su ex prometido Nick Loeb se pelearon en torno a los embriones que habían gestado, pero un tribunal dijo que no se podía obligar a Vergara a procrear en contra de su voluntad y le negó a Loeb el derecho a usar los embriones cuando la pareja se separó.
Fuente Estilos http://bit.ly/2FDR3Ke
via Diario Libre
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